El caso de Julia Brown
BOCETO
Julia Brown debía encontrarse en el aeropuerto una hora antes.
Ella le había dejado saber al taxista de su retraso para tomar el vuelo que la llevaría con destino a Chicago. El taxista, un joven inmigrante Italiano, conducía su automóvil apresuradamente pero con cautela acortando el camino. El conocía perfectamente la ciudad. De pronto, el tráfico se interrumpió en una esquina poco concurrida ocasionando una hilera de autos detenidos. Todos cedían el paso a un numeroso grupo de niños y algunos adultos que con la ayuda de un policía, cruzaban la avenida diagonalmente en dirección a la escuela. Entre tanto, Julia y el taxista lamentaban la mala suerte, y trascurrieron aproximadamente cinco minutos hasta que cruzo el último niño. Luego el policía permitió que se normalizara el tráfico.
Con ese tiempo de retraso, Julia Brown llego al aeropuerto, y se dirigió a la mesa de la línea aérea de su boleto y se lo entrego al representante.
___ Lo lamento. –dijo el oficial- Si hiciese llegado cinco minutos antes, tal vez hubiese alcanzado a tomar su vuelo. Ya el avión se dirige a la pista. Es demasiado tarde... le puedo incluir para viajar mañana a primera hora si lo desea.
Esta noche, en un hotel de Miami la Señorita Julia Brown conoce por las noticias que su vuelo perdido, se estrello en las afueras de Chicago por el mal tiempo. Se puso pálida y se hecho a llorar al saber que toda la tripulación y los pasajeros murieron. Pensó en muchas cosas. Se recordó del taxi, de los niños y como esos cinco minutos decidieron la continuidad de su existencia.
Julia Brown. Era una sobreviviente.
El Destino suele ser un mal jugador. Pero, finalmente, es justo. Nunca hay ganadores de guerras, sòlo de batallas.
Gracias por hacerme pensar, Roger.
Gracias por estar mi amigo Al, te mando un abrazo fuerte, Roger