Perdón eterno



Si el hoyo encadena
vuestro ritmo, Maestro,
es porque la planta alpestre
de los símbolos,
y los cuernos de prensa,
lideran el descenso
de las supremacías.

¡Nunca fueron sanos los infiernos!

Si el iniciado,
no ve flotar la puerta del limbo
sobre el dique de la noche,
debemos dejarlo morir.
Sirvace del sabor a hierba galopante
que tienen sus sangres,
y es como podemos salvarlos
de la segunda muerte;
del fin.




3 comentarios:

Sandra Figueroa dijo...

Me quedo atrapada en tus letras y esa imagen. Besos, cuidate.

Pedro F. Báez dijo...

Seguro eran vegetarianos... por eso sus sangres sabían a "hierbas galopantes". Deslumbrante, Roger. Abrazo.

Roger Rivero dijo...

Muy agradecido por sus comentarios, gracias y nos seguimos en unos dias, un abrazo