Desideratum


Esta gracia que me has dado
con arreos de ultratumba
arrastra tu lobreguez.
Pervirtiendo la memoria
cauteriza mis momentos
de embolismo y palidez.
Un jinete de tormentas,
puso escarcha en las heridas
entregando su poder.

Y sí en mi cripta es leída
bajo nostálgicas velas
la libación de mi sangre,
yo vendría en ese instante
para reinstaurar el tiempo
con mis colmillos de marfil,
si la prestigiosa sombra
en mí santuario maestro
reclama tu iniciación.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Su poema tiene una música interior exquisita, trasmite también ese temor épico de pasar cercana a un vampiro, me gusto leerte, poeta de una ficción exquisita, saludos

María Sánchez

Anónimo dijo...

Asusta la estética de este poema, por lo inteligente de su acercamiento, que se entienda.
Me gustó.
Un abrazo.
Gino.

JosEvelio dijo...

Tan lúcidos comentarios de María y Gino confirman; que ya te has reservado el privilegio de sembrar
"la luz de los inmortales" en la memoria de tus lectores.Saludos.