Nosotros los hombros
somos molde de peregrinajes,
clarividencia y esqueleto,
grietas inherentes
de millas verdaderas,
el único barniz invariable,
la única luz intermitente del cuerpo
en la siesta de los tonos.
Somos, esferas al desecho,
parpadeos sin premonición
y palpitar con destrucción.
Nosotros los hombros
constituimos el sostén
del cordaje
que el espejo retuerce.
Somos,
el trebejo del espíritu
y la génesis
del mundo natural.
Somos por fin la coyuntura.
Wao... me quede de piedra, eso quiere decir, mudo, pegao a la pantalla.
Imperdible este texto, el video, la música, el ambiente todo, magnifico amigo, de verdad te felicito.
abrazo.
Gino.
Musical, esta poesía tuya, y un poco compleja para descifrar, pero supongo que así somos los hombres.
Salu2
Me gusta tu poesía de corte futurista, exaltando las máquinas y el movimiento.Me engancha tu ritmo.Un abrazo.